Una de las razones por las que nuestra reserva de nuevos talentos fluye hacia los oficios es que, a diferencia de muchas otras trayectorias profesionales, no hay una gran canalización desde el plan de estudios de la escuela pública. Por ejemplo, hay clases de matemáticas para los futuros contables y clases de ciencias para los futuros profesionales de la salud, pero con cada vez menos clases de taller, cada vez es más difícil formar a futuros profesionales cualificados desde una edad temprana.
Entonces, ¿por qué deberíamos enseñar a los jóvenes que los oficios son una carrera viable? No hay más que ver a Maddie Lawrie, cuya formación en oficios se realizó en una clase de construcción en el instituto y, como resultado, le "picó el gusanillo" del acabado en seco muy pronto.